el canal 98
(la vida, vista desde la cámara del palier de la planta baja)



La Pochi finalmente se decidió, y contrató la TV por cable.

Lamamádelapochi descubrió un canal que la tiene atrapada, y cuenta lo que ve
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miércoles, 22 de septiembre de 2010

¡Ayer fue el Día de la Primavera!


Banda de sonido:


Así que ni bien terminé de almorzar, me  puse a mirar la tele para ver cómo festejaban los estudiantes.
Yo me acuerdo de cuando era joven y nos íbamos al parque con el mantel a cuadros y la canasta con los sandwiches y la Bidu Cola, y pasábamos un día de sano esparcimiento.
Parece que ahora la juventud festeja distinto.
En todos los noticieros pasaban lo mismo. Había millones de chicos y chicas yendo de acá para allá, pero ningún mantel a cuadros, y ninguna canastita con sandwiches. Eso sí: cada uno tenía su botella de cerveza en la mano. Yo pensé: si esos chicos siguen tomando con el estómago vacío, se van a descomponer, o les van a venir ganas de pelearse con cualquiera.
Y dicho y hecho: al rato, se armó una trifulca, y un muchachito quedó medio averiado, con un tajo en la cabeza. Enseguida aparecieron los de la asistencia pública para atenderlo. Se ve que el chico le tenía miedo a los médicos, a lo mejor porque de chiquito la mamá lo amenazaba con hacerle poner una inyección cuando se portaba mal. La cosa es que para meterlo en la ambulancia, tuvieron que agarrarlo entre cuatro, porque pataleaba como un poseído.
A mí me dió un poco de impresión, así que puse el canal 98, para ver si pasaban algún programa alegórico a la juventud.
Y sí. Estos del 98 están en todo: resulta que en la vereda estaba el joven que conduce el programa sobre animales, con todos sus perritos atados al árbol. Al ratito nomás, por la puerta de los puntos apareció esa actriz que se parece a la atorrantita del 5ºC, esquivó el pozo que habían hecho los arqueólogos en el medio del estudio (que entre parentis todavía no lo taparon, ni a ese, ni al de la vereda), salió por la puerta de vidrio, y se sentó al lado del muchacho. Yo pensé: ahora seguro que sacan un mantel y una canasta, y muestran cómo se hace un picnic como Dios manda. Pero para ser un programa sobre la vida sana y la naturaleza, empezó mal, porque ni bien se saludaron, el chico sacó de la mochila un cigarrillo, y se lo empezaron a fumar, un poco cada uno. Era un cigarrillito chiquito, como esos que tenía la Pochi en el cajón de la mesa de luz.
Como mucho no me gustaba lo que estaba viendo, volví a poner el noticiero. ¡Y ahí estaba otra vez el mismo jovencito, de nuevo con la cabeza lastimada y pataleando para que no lo metan en la ambulancia! ¡Pobre! Se ve que alguno lo había agarrado de punto, y cada vez que volvía al picnic, lo fajaban de nuevo.
Así que volví a poner el 98.
Ahora el chico de los perros y la atorrantita sí que se estaban divirtiendo: veían pasar una señora con las bolsas del supermercado, y se reían a carcajadas. Uno de los perritos se rascaba las pulgas, y se mataban de la risa. Adentro del estudio el descuartizador pasaba el escobillón en el piso, y lo señalaban con el dedo, y se tiraban al piso agarrándose la panza de tanto que se reían. Yo no sé qué les resultaba tan gracioso. Para mí que era porque estaban eufóricos con la llegada de la Primavera.
Como a mí mucha gracia no me causaba, volví a ver qué estaban dando en el noticiero. ¡No lo podía creer! ¡De nuevo el chico que pataleaba con la cabeza lastimada, y los doctores que lo querían meter en la ambulancia! ¡Ya era la tercera vez que lo tenían que curar! ¡Yo no sé por qué alguien no  lo mandaba de una buena vez para su casa, así no lo seguían golpeando, pobre santo!
Entonces volví a poner el 98, para ver si esos dos habían terminado de reirse de cualquier pavada.
Parece que por fin se habían decidido a hacer el picnic, porque se estaban comiendo una pizza, así nomás, de la caja, y con la mano. Les duró menos de un minuto.
Yo no se, los jóvenes de ahora hacen todo al revés: mi difunto esposo se prendía un cigarrillo después de cenar, porque decía que era digestivo.
No como estos chicos, que primero fuman, y después comen.

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sábado, 4 de septiembre de 2010

En el 98 siguen pasando películas de catástrofes


Resulta que anoche la Pochi tenía una reunión en el Ministerio, y me avisó que volvía tarde, así que aproveché para mirar un rato tranquila el 98.
La verdad que la programación estaba bastante aburrida, porque no pasaba nada en el estudio: ni un actor, ni una actriz, ni un noticiero, ni una serie.
Pero justo cuando estaba por cambiar para ver un rato a Tinelli, apareció el descuartizador.
Me llamó la atención, porque estaba en pijama. Yo dije: seguro que ahora llega la actriz esa que se parece a la atorrantita del 5ºC en camisolín, y empieza una novela eróctica. Pero no. El descuartizador estaba como desesperado: subía corriendo la escalera que está al lado de la puerta de los puntos, y enseguidita bajaba agarrándose la cabeza. No estoy segura, porque el 98 se sigue viendo en blanco y negro, pero me pareció que de la escalera venía como un humo. Entonces el descuartizador sacó el celular, y se puso a hablar, haciendo ademanes y caminando como un loco de un lado para otro. Al ratito llegó una autobomba y estacionó justo enfrente de la puerta de vidrio.
Ahí se bajaron varios bomberos, y entraron al estudio con una manguera laaarga. Se ve que esos muchachos están muy entrenados, porque hacían todo a las corridas, y encima tenían que saltar por arriba de los dos pozos del documental de los arqueólogos: el de la vereda, y el que se hizo el otro día en el medio del estudio. Yo no sé, estos del canal 98 se ve que no quieren gastar un peso de más: cambian los programas pero dejan siempre la misma escenografía.
La cosa es que subieron corriendo por la escalera, con la manguera a cuestas. Mientras, el descuartizador seguía dando vueltas en pijama por el estudio, agarrándose la cabeza. Se ve que era una película de acción y drama.
Al ratito, empezaron a aparecer los bomberos por la escalera, acompañando a distintos actores y actrices, y les indicaban que salieran a la vereda. Estaban todos en pijama o en camisón, según el sexo. Al principio esquivaban el pozo que está en el medio del estudio, pero cuando los bomberos vieron que la mayoría se iba cayendo adentro, se organizaron, y entonces un bombero los hacía entrar al pozo del estudio,y otro los hacía salir por el pozo de la vereda. Se embarraban un poco, pero hacían bastante rápido.
Eso sí: se ve que las pastillas que me recetó el Dr. del PAMI para la diabetis me siguen haciendo ese efecto raro de verle cara conocida a las personas que aparecen en la televisión. Porque una de las actrices, que entre parentis estaba prácticamente en paños menores, y salió de la mano de un muchacho musculoso semidesnudo, era idéntica a la mujer del farmacútico del 6ºB, ese que hace guardia de noche en la farmacia.
Justo cuando estaba viendo esa parte de la película, que era la más entretenida, golpearon la puerta del departamento. Yo pregunté quién era, pero  no escuché bien lo que me decían, porque como total el canal 98 no tiene sonido, me había sacado el audífono. Entonces arrimé la oreja a la puerta, y como del otro lado gritaron más fuerte, ahí sí entendí. Era la voz de un muchacho que me decía: ¡Señora, hay que evacuar!.
Entonces yo le contesté: ¿Y para decirme eso me golpean la puerta a esta hora de la noche? ¡Para que lo sepa, joven, yo me tomo el Agarol todas las mañanas, como me dijo el doctor, y con eso ando hecha un relojito!
Qué barbaridad, ya no la dejan ver una película tranquila, a una.

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