el canal 98
(la vida, vista desde la cámara del palier de la planta baja)



La Pochi finalmente se decidió, y contrató la TV por cable.

Lamamádelapochi descubrió un canal que la tiene atrapada, y cuenta lo que ve
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miércoles, 27 de octubre de 2010

A la Pochi le tocó ir a censar...


Resulta que vino el otro día y me dijo que como tiene el título de Maestra Normal, le tocó ir a hacer el Censo Nacional.
Yo me hice mala sangre, porque en TN dijeron que este va a ser el censo del miedo, y que entonces nadie va a abrir la puerta, porque seguro que el que toca timbre va a ser un motochorro disfrazado de censista. Y también dijeron que las maestras que les toca censar tienen miedo de entrar a las casas porque las pueden violar.
Antes, cuando venía el censista, uno lo esperaba con mate y facturas, pero parece que ahora cuando hay un censo, la gente aprovecha para salir a asaltarse y violarse unos contra los otros. ¡Qué tiempos, Dios mío!
Pero la Pochi me dijo que me quedara tranquila, que como en el Ministerio ella está de secretaria del Subsecretario, le consiguieron que le toque censar por acá cerca, nomás, así no tiene que andar por barrios peligrosos.

Así que hoy tempranito, ni bien salió, yo me preparé un mate cocido, y me puse a mirar el canal 98.

Justo estaban dando un programa instructivo sobre el censo.

En el estudio, estaba el actor que hace de descuartizador (¡pobre hombre, ni el día del Censo lo dejan descansar!¡Y eso que es Feriado Nacional!) y una chica que seguro hacía de censista. ¡Qué plato! ¡Era recontra parecida a la Pochi!. La cosa es que el descuartizador le había dejado a la censista el escritorito que está al lado de la puerta de vidrio, para que la chica trabajara cómoda, se ve.
¡Claro! Ahora que me acuerdo, en TN dijeron que como la gente de bien no iba a dejar entrar a cualquier asesino cereal disfrazado de censista a su departamento, se iba a poder contestar las preguntas en la puerta de calle, o en el palier del edificio.

La cosa es que la censista estaba sentadita, con sus planillas, y el actor le hacía de secretario. ¡Qué buen actor que es! Ahí estaba todo modosito, si hasta le cebaba mate a la chica. ¡Y pensar que cuando trabaja en la serie de la noche, se la pasa sacando las bolsas con los pedazos de gente descuartizada a la vereda, como si nada!

Los que hacían de censados iban apareciendo por la puerta de los puntos. Eran casi todos los actores que trabajan en el canal 98.

Primero apareció la diputada del perrito, esa que se parece a la vieja del 3º B, con el perrito a upa. Al ratito nomás de empezar a contestarle las preguntas a la censista, se ve que se pusieron a discutir. Me pareció por los gestos que hacían, porque el 98 sigue en blanco y negro y sin sonido. La diputada le mostraba el perrito y después le golpeaba con el dedo índice la planilla, y la censista le hacía que no con la cabeza. Se ve que la señora quería que lo censaran también al perrito, y la chica le explicaba que el Censo es solamente para personas humanas, y  no para animalitos de Dios. No se pusieron de acuerdo, y cuando la diputada ya se estaba yendo, el perrito saltó arriba del escritorio y le pishó todos los papeles. ¡Pobre chica, si  empezó así, lo que le espera...! ¡Me dió lástima, porque no tenía pinta de criminal, y además era tan parecida a la Pochi!

Después, le tocó a ese actor que es igualito al viejito del 9º A, que es delicado del corazón y tiene puesto un marcapasos. Como se ve que el viejito no oye bien, la censista le tenía que repetir varias veces cada pregunta, así que tardó un montón en censarlo. Se ve que el pobre hombre se descompuso de estar tanto tiempo parado, y le agarró como un soponcio. La cosa es que el descuartizador lo ayudó a recostarse en el piso, le dio un vaso de agua, y se puso a llamar por celular, seguro que a la ambulancia. 

Como me dió impresión por el viejito, me quise distraer, y  puse un ratito TN. Estaban entrevistando a una señora que estaba en su casa, atrás de la reja, abrazada a su perro que le mostraba los dientes al periodista. Decía que ni loca iba a atender a ningún  asaltante depravado disfrazado de censista. 
Ahí me agarraron palpitaciones, así que volví a poner el 98.

Justo estaban censando a un matrimonio, que me hizo acordar a los que viven en el 8º C, que son muy religiosos, y tienen como ocho hijos. La cosa es que estaban con todos los críos, que eran bastante más educados que el perrito de la diputada, porque mientras los papás contestaban las preguntas se quedaron quietitos y en fila, como soldaditos. Ni se tentaron con ir a jugar adentro del agujero de los arqueólogos, que entre parentis sigue ahí, en el medio del piso del estudio. ¡Ni para el día del Censo fueron capaces de taparlo!

Igual, para mí que la censista de los ocho debe haber anotado solamente a cuatro o cinco, porque en TN también dijeron que en este Censo no iban a poner las cifras verdaderas, para que no se sepa que hay inflacción.

Mientras, el descuartizador, seguía llamando por celular, porque la ambulancia no venía, y el viejito seguía recostado ahí en el piso. 

Enseguida mostraron dos casos para explicar que a la gente se la censa en el domicilio donde pasó la noche anterior:
Primero, llegó desde la calle la actriz esa que se parece a la atorrantita del 5º C. Venía caminando medio a los tumbos, con una botella de cerveza en la mano. El descuartizador le abrió la puerta de vidrio, y cuando la chica se paró enfrente del escritorito para que la censaran, la agarró del hombro y la acompañó hasta la puerta de los puntos.
Después, apareció otra actriz. Esa que es parecida a la mujer del farmacéutico que hace guardia de noche, que vive en el 6º B. Estaba con un muchacho musculoso que la iba agarrando del culo. Pasaron de largo enfrente de la censista, y la mujer le abrió la puerta de vidrio al muchacho para que saliera. Pero el descuartizador los agarró del brazo a los dos, y los hizo parar bien derechitos  frente al escritorito, y la censista se puso a llenarles las planillas. ¡Se ve que el descuartizador se estudió bien el reglamento del Censo!

Como me quedó la curiosidad con la señora del perro furioso, puse de nuevo un ratito TN. Estaba el periodista con un grupo de vecinos en una esquina, todos con palos y a los gritos. Decían que eran de un grupo de Feisbux, o algo así, y que si aparecía el censista lo iban a atender ahí en la calle, y en cuanto se hiciera el loco y los quisiera asaltar, ya iba a ver lo que le pasaba.
A mí me empezó a doler la nuca, como cuando me sube la presión, así que puse otra vez el 98

Justo el descuartizador le estaba abriendo la puerta de vidrio a los médicos de la ambulancia, que recién llegaban. Lo revisaron al viejito,  lo pusieron en una camilla y se lo llevaron. Cuando pasaron frente al escritorito, uno de los doctores se acercó a la censista y le habló en el oído. No se qué le habrá dicho, pero la chica buscó entre las planillas que había hecho, agarró una, y la rompió en pedacitos. Después guardó todos los papeles en una carpeta, lo saludó al descuartizador, y se fue. Pero en vez de irse a la calle por la puerta de vidrio, ¡se metió en la puerta de los puntos! ¡Qué plato! ¡Esa chica es parecida a la Pochi, y despistada como ella!

Ahora que lo pienso, se me pasó el día mirando la tele, y el censista por acá ni apareció. ¡Ay, Dios! ¡Ahí está queriendo abrir la puerta! ¡Ni siquiera toca el timbre! ¡Seguro que es uno de esos chorros asesinos violadores de ancianas que estuvieron mostrando por TN! ¡Yo no le abro! Pero si no le contesto, va a marcar la puerta pensando que no hay nadie, para que después venga un cómplice a desvalijar el departamento. Ya sé: yo agarro el matagatos del finado mi marido, que lo tengo guardado arriba del ropero, y  directamente le pego un escopetazo a través de la puerta.
¡No le van a quedar ganas de robar y violar ancianas indefensas, a ese degenerado!

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martes, 19 de octubre de 2010

¡El Día de la Madre la Pochi se pasó!


Banda de sonido:


Primero me trajo el desayuno a la cama, con tres paquetes, cada uno con uno con un moño rosa.
El más grande era un deshabillé de matelassé rosa. Precioso.
El mediano eran unas pantuflas todas peludas. De color rosa, también.
El más chico era un monedero, pero no era rosa. Era marrón.
Yo le dije que no necesitaba tantas cosas, pero ella me contestó que me merecía eso y mucho más.

Pero lo mejor vino cuando terminamos de desayunar. La Pochi me dijo:
-Mamá, vestite que te voy a llevar a un lugar...
Yo pensé: con razón tanto regalo. Ahora me interna en un geriátrico. Pero no. Dios me va a castigar por mal pensada. Resulta que bajamos a la puerta de calle, y me dijo: -Ahora enseguida nos pasa a buscar un remis que llamé, y vas a ver que sorpresa.

El remis se ve que tenía muchos viajes por el Día de la Madre,porque demoró como 45 minutos. En ese ínterin, fueron llegando al edificio los hijos de la señora del 7ºC, que está recién operada de la vesícula. Se ve que todavía está un poco delicada, y que en vez de llevarla a almorzar afuera le iban a festejar el Día de la Madre en su casa, porque cada uno traía algo para comer. Uno se vino con una ensalada rusa en un táper que parecía una palangana, de tan grande que era. Otro bajó del baúl del auto un paquete enorme de papel madera. Por el olorcito y por las manchas de grasa, seguro que era un lechón que habían mandado a cocinar en el horno de la panadería. La hija menor, que hace repostería hogareña, llegó con una torta gigante, bañada en chocolate, con unos copos de crema y de dulce de leche arriba.

Menos mal que en eso llegó el remis, porque a mí ya me estaba dando hambre.
En el camino, la Pochi me explicó que me había contratado una tarde de espac, espat, o algo así. Ya me va a salir.
La cosa es que llegamos a un lugar muy lindo, todo perfumado, donde todos los empleados caminaban despacito, y hablaban como si se hubieran tomado un litro de té de tilo. Además, todo el tiempo se escuchaba una musiquita rara, con cantos de pajaritos y ruidito de cascadas. Y por todas partes había unos adornos que escupían agüita. Al rato, con tanto ruido a agua ya me habían dado ganas de pishar, pero me tuve que aguantar, porque vino una chica y me dió una bata blanca para que me la pusiera en vez de la ropa que tenía. Si sabía, me llevaba el deshabillé rosa, y ya me lo estrenaba.
Enseguida vino un muchacho muy buen mozo, y me dijo que lo acompañara. Me hizo acostar en una camilla, boca abajo, y yo pensé: este lugar es un degeneramiento, acá se aprovechan de las pobres ancianas. Pero otra vez estuve mal pensada, porque el chico me hizo unos masajes en la espalda, que me dejaron toda aflojada. No como cuando voy al kinesiólogo del PAMI, que salgo peor de lo que entré.
Después vino una señorita que me dijo que me diera vuelta. Cuando vi que tenía unas piedras en las manos, pegué un grito, porque pensé que me iba a atacar a los cascotazos, pero me dijo que me tranquilizara, que era un tratamiento con piedras calientes. La cuestión es que me las fue poniendo en distintas partes del cuerpo humano, y yo me iba aflojando cada vez más. ¡Las cosas que inventan!
Al final, me ayudaron a levantarme entre dos empleadas, y me llevaron a un cuartito chiquito, todo de madera, con unos asientos que parecían la tribuna de la cancha. Me parece, bah, porque casi no se veía de tanto vapor que había. ¡Y hacía un calor!. Una de las chicas me dijo que esperara sentadita, que ellas me venían a buscar, y cerró la puerta. Pero al rato me dió sed, y me paré para asomarme y pedirle un vasito de agua.

Lo siguiente que me acuerdo ya es volviendo a casa en el remis, con la Pochi. No sé, me debo haber relajado tanto que seguro me quedé dormida.
Cuando llegamos, me quise acostar un ratito, porque todavía estaba muy floja, y para pasar el rato, me puse a mirar el canal 98, a ver si estaban pasando "La sonrisa de mamá", con Palito Ortega y Libertad Lamarque, que todos los años la dan por la tele para esta fecha.
Pero estaban dando una de esas series de médicos de emergencias.
Justo la agarré cuando se estaban llevando a una señora en una camilla, con suero y todo, y los familiares iban al lado con cara de afligidos, hablando con los médicos, y agarrándose la cabeza.
La señora era muy parecida a la del 7ºC

Se ve que los del 98 no se avivaron, porque con la película de Palito seguro que iban a tener más raitin.

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domingo, 10 de octubre de 2010

Al descuartizador lo pusieron de jurado en un concurso nuevo


Los de TN estuvieron diciendo que si salía no sé qué ley del gobierno, iban a cambiar todos los canales de número, y nadie iba a saber dónde mirar sus programas favoritos. Yo me asusté, y enseguida apreté el 9 y el 8 en el control remoto. Por suerte parece que la ley todavía no salió, porque se seguía viendo el 98, como siempre. En blanco y negro y sin sonido.


Resulta que el descuartizador estaba pegando unos carteles en la puerta de vidrio del estudio. Uno para afuera, y otro para adentro. El que estaba para el lado de la cámara, decía: CERRADURA ROTA - ESPERANDO AL CERRAJERO. Debe ser el nombre de un programa nuevo. Entre parentis: con estos anteojos que me recetó el oculista del PAMI para ver de cerca y de lejos, estoy hecha un lince. Bipolares, creo que se llaman, o algo así. Ya me voy a acordar.
La cosa es que ni bien terminó de poner los carteles, fue y se sentó en el escritorito.

Al ratito vino caminando por la vereda una señora con dos bolsas de supermercado. Era bastante parecida a la, del 7ºA (tengo que decirle al Doctor del PAMI que me cambie las pastillas de la diabetis, que me hacen verle cara conocida a la gente que aparece en la tele). La señora apoyó las bolsas en el piso y leyó el cartel. Entonces le hizo una seña al descuartizador con los dedos todos amontonados apuntando para arriba, como preguntándole qué tenía que hacer. El descuartizador ni se movió de su silla. Solamente se encogió de hombros y le señaló el pozo de los arqueólogos que sigue abierto en la vereda. Otro parentis: tampoco nadie tapó el agujero que se hizo en el medio del piso del estudio el otro día, cuando uno de los expedicionarios se equivocó y estuvo excavando para adentro, en vez de para el lado de la calle, como le había indicado el jefe de la expedición. Así que para mí que ahí abajo debe haber quedado un túnel, seguro.
Se ve que la señora pensó lo mismo que yo, porque se metió al pozo de la vereda, con bolsas y todo.
A los pocos segundos, del agujero del piso del estudio, salió primero una de las bolsas, después la otra, y después la señora. Estaba un poco embarrada, así que se sacudió la ropa, se acomodó el pelo, agarró las bolsas, y se metió en la puerta de los puntos. Sacó 7. 

¡Ahí me dí cuenta! ¡El programa nuevo es un concurso! ¡Y al descuartizador lo pusieron de jurado, como en Bailando por un Sueño, por eso estaba ahí sentadito en el escritorio! ¡Seguro que él es el que le pone el puntaje a los participantes, pero en vez de levantar un palito con un número redondo, lo hace aparecer en el cartelito luminoso que está arriba de la puerta de los puntos! ¡Estos del 98 no se fijan en gastos!

La segunda participante fue esa que a mí me hace acordar a la atorrantita del 5ºC. Esa parece que estaba más acostumbrada a este tipo de concursos, porque primero se puso a  discutir con el descuartizador, desde afuera, por señas, nomás. Se ve que no estaba de acuerdo con la prenda que tenía que hacer, pero al final se decidió y se metió en el pozo, haciéndose la vedet, con unos movimientos erócticos.
Cuando salió por el agujero de adentro, se puso apuntando a la cámara para que se le viera bien el culo. También, con las polleritas que usa...En la puerta de los puntos sacó 5. Claro, como el jurado se quedó con la sangre en el ojo por la discusión, le puso poco puntaje.

Después le tocó a unos niños que siempre hacen de hermanitos. Venían por la vereda corriendo una carrera, y cuando llegaron a la puerta de vidrio, apenas se pararon a mirar el cartel, y se tiraron adentro del pozo. Bueno, la nena en realidad no se tiró, sino que el hermanito la empujó. Se ve que adentro del túnel se estuvieron peleando, porque tardaron bastante en salir por el agujero del piso del estudio. Y cuando salieron, estaban embarrados desde el pelo hasta los pies. Cuando pasaron frente al escritorio del jurado, le tiraron unas pelotas de barro por la cabeza, y salieron corriendo, pero en vez de meterse en la puerta de los puntos, subieron por la escalera. Se ve que ya se imaginaban que no iban a sacar ni cero.

El último participante fue un señor igualito al viejito que vive en el 9ºA, el que sufre del corazón y tiene puesto un marcapasos. Cuando llegó y vio el cartel, puso una cara como de terror. Lo miró al jurado a través del vidrio, y se metió despacito en el pozo. Tardó tanto en aparecer por el agujero de adentro, que yo pensé que se había quedado fulminado de un ataque adentro del túnel. La cosa es que cuando pudo salir, para llegar a la puerta de los puntos tuvo que ir arrastrándose por el piso. Se ve que había quedado muy agitado.
Pero al final, fue el que ganó, porque sacó 9. Para mí que al jurado le dió lástima, y por eso lo favoreció.

La verdad que este concurso "Esperando al Cerrajero" me gustó más que Bailando por un Sueño.
Eso sí: al descuartizador, la próxima vez que lo pongan de jurado, le podrían poner una galera y bigotitos como a Pachano, o unos tatuajes y el pelo parado como Ricky Fort.

Digo yo, para que sea más vistoso.

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